Libertador Americano (1778-1850)
José de San Martín: Militar y político argentino, caudillo de la emancipación de América, llamado 'el Libertador'. Nacido en Yapeyú (Corrientes), fue el quinto hijo del teniente de gobernador de aquella provincia, el ayudante mayor Juan de San Martín, y de doña Gregoria Matorras. La familia marchó a Buenos Aires en 1781 donde realizó sus primeros estudios.
SAN MARTÍN EN ESPAÑA. Se trasladó a España cuando su padre fue destinado a Málaga en 1784 y, aunque fue admitido en el Seminario de Nobles de Madrid, solicitó y obtuvo el ingreso como cadete en el regimiento de Murcia en julio de 1789. Combatió contra los corsarios berberiscos en la campaña de Melilla y fue herido en 1791 en el sitio de Orán.
Luchando contra los franceses, fue ascendido a segundo subteniente en la guerra del Rosellón en 1793, a primer subteniente en 1794 y a segundo teniente en la guerra del Ampurdán en 1795. Tras participar en la guerra de las Naranjas frente a Portugal en 1801, ascendió a primer teniente en la guarnición de Cádiz en 1802 y a capitán de infantería del regimiento de voluntarios de Campo Mayor en 1804. Su participación en la batalla de Bailén, durante la guerra de Independencia española, le valió en 1808 el ascenso a capitán mayor.
EL INICIO DE LA INDEPENDENCIA DE SUDAMÉRICA. En septiembre de 1811 viajó a Londres, donde renovó los contactos con la Logia Lautaro que ya había iniciado en Cádiz, y en marzo de 1812 volvió a Buenos Aires, donde la Junta de gobierno que se había constituido allí le encomendó la formación de un escuadrón de granaderos a caballo, del que fue nombrado comandante. En septiembre de ese año se casó con María de los Remedios de Escalada. Al año siguiente venció a los realistas en San Lorenzo y, tras el fracaso de Manuel Belgrano, fue nombrado comandante del Ejército del norte, pero los problemas de salud le obligaron a retirarse y buscar el descanso en la sierra de Córdoba. En septiembre de 1814 fue nombrado gobernador intendente de Cuyo y tuvo que acoger allí a los patriotas que buscaban refugio después de la derrota sufrida en octubre de ese mismo año en Rancagua.
Con el apoyo del nuevo director supremo, Carlos de Alvear, a quien había conocido en Cádiz, se dedicó a organizar un ejército con los refugiados, al tiempo que el Congreso de Tucumán declaraba la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 9 de julio de 1816. El director supremo Juan Martín de Pueyrredón le nombró general en jefe del Ejército de los Andes y el 5 de enero de 1817 inició desde Mendoza, donde era gobernador, la marcha para cruzar la cordillera andina en dirección a Chile. Venció a los realistas en Chacabuco el 12 de febrero, entró en Santiago dos días después y nombró a Bernardo O'Higgins director supremo.
Regresó a Buenos Aires para gestionar la creación de una escuadra en el Pacífico, se negó a utilizar sus tropas en los enfrentamientos entre insurgentes y de nuevo volvió a Chile en el otoño de 1817, aunque su salud siguió empeorando. La reacción española no se hizo esperar y San Martín fue derrotado en Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818, con lo que los realistas estuvieron a punto de recuperar Santiago, pero con la victoria de Maipú el 5 de abril de 1818 aseguró la independencia de Chile y volvió a Buenos Aires, donde la situación era de auténtica guerra civil entre el poder central y las provincias, lo cual retrasó sus planes hasta 1820, año en que comenzó la campaña de Perú. Con el apoyo de la flota mandada por el escocés Thomas Alexander Cochrane, los patriotas lograron controlar toda la costa del Pacífico, desde el estrecho de Magallanes hasta el Perú, estrechando el cerco sobre las tropas realistas.
ACUERDOS CON SIMÓN BOLÍVAR. Negoció una paz con el virrey absolutista Joaquín de la Pezuela, y poco después firmó el Pacto de Punchauca con el nuevo virrey , el liberal José de la Serna e Hinojosa, en 1821, acordando la independencia de Perú, el establecimiento de una regencia formada por tres miembros y el envío a España de representantes, para ofrecer el trono a algún príncipe de la familia real española, pero los oficiales realistas se negaron a aceptar ese acuerdo. Reanudada la lucha, San Martín entró en Lima en julio de 1821 y proclamó la independencia del país el 28 del mismo mes. Fue nombrado protector de Perú, convocó un Congreso Constituyente que superara las discrepancias existentes entre los diferentes líderes y partió para Guayaquil a entrevistarse con Simón Bolívar, que se encontraba en Ecuador. En la entrevista de Guayaquil, celebrada el 26 de julio de 1822 entre los dos máximos caudillos de la independencia americana, se trató de la situación general del continente americano, del futuro régimen de Perú y de la situación concreta de Guayaquil, que dudaba entre mantener la independencia, incorporarse a Perú o integrarse en la Gran Colombia, como al final ocurrió. San Martín se mostró partidario del régimen monárquico en Perú, pero al no contar con el apoyo de la burguesía limeña, que se sublevó, optó por convocar al Congreso y renunciar al mando en septiembre de 1822, dejando los asuntos del país en manos de Bolívar.
REGRESO A EUROPA. Tras pasar por Chile y Mendoza en 1823, y después de ir a Buenos Aires, donde volvió sólo con motivo de la muerte de su esposa, marchó a Europa en 1824 con la salud muy quebrantada, permaneciendo algún tiempo en Gran Bretaña y Francia antes de instalarse en Bruselas. En 1827 ofreció sus servicios a las autoridades argentinas con motivo de la guerra con Brasil y en 1829 quiso mediar en las disidencias internas entre los centralistas de la capital y los federalistas de las provincias, a los que siempre se había opuesto; por ello viajó a Buenos Aires, aunque no llegó a desembarcar y regresó a Europa. Su amigo Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del Guadalquivir, le ayudó a instalarse en París en 1830 y desde allí escribió numerosas cartas a los dirigentes argentinos. En 1848, casi ciego, se trasladó a Boulogne-sur-Mer (Francia), donde el 17 de agosto de 1850 murió.
SAN MARTÍN EN ESPAÑA. Se trasladó a España cuando su padre fue destinado a Málaga en 1784 y, aunque fue admitido en el Seminario de Nobles de Madrid, solicitó y obtuvo el ingreso como cadete en el regimiento de Murcia en julio de 1789. Combatió contra los corsarios berberiscos en la campaña de Melilla y fue herido en 1791 en el sitio de Orán.
Luchando contra los franceses, fue ascendido a segundo subteniente en la guerra del Rosellón en 1793, a primer subteniente en 1794 y a segundo teniente en la guerra del Ampurdán en 1795. Tras participar en la guerra de las Naranjas frente a Portugal en 1801, ascendió a primer teniente en la guarnición de Cádiz en 1802 y a capitán de infantería del regimiento de voluntarios de Campo Mayor en 1804. Su participación en la batalla de Bailén, durante la guerra de Independencia española, le valió en 1808 el ascenso a capitán mayor.
EL INICIO DE LA INDEPENDENCIA DE SUDAMÉRICA. En septiembre de 1811 viajó a Londres, donde renovó los contactos con la Logia Lautaro que ya había iniciado en Cádiz, y en marzo de 1812 volvió a Buenos Aires, donde la Junta de gobierno que se había constituido allí le encomendó la formación de un escuadrón de granaderos a caballo, del que fue nombrado comandante. En septiembre de ese año se casó con María de los Remedios de Escalada. Al año siguiente venció a los realistas en San Lorenzo y, tras el fracaso de Manuel Belgrano, fue nombrado comandante del Ejército del norte, pero los problemas de salud le obligaron a retirarse y buscar el descanso en la sierra de Córdoba. En septiembre de 1814 fue nombrado gobernador intendente de Cuyo y tuvo que acoger allí a los patriotas que buscaban refugio después de la derrota sufrida en octubre de ese mismo año en Rancagua.
Con el apoyo del nuevo director supremo, Carlos de Alvear, a quien había conocido en Cádiz, se dedicó a organizar un ejército con los refugiados, al tiempo que el Congreso de Tucumán declaraba la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 9 de julio de 1816. El director supremo Juan Martín de Pueyrredón le nombró general en jefe del Ejército de los Andes y el 5 de enero de 1817 inició desde Mendoza, donde era gobernador, la marcha para cruzar la cordillera andina en dirección a Chile. Venció a los realistas en Chacabuco el 12 de febrero, entró en Santiago dos días después y nombró a Bernardo O'Higgins director supremo.
Regresó a Buenos Aires para gestionar la creación de una escuadra en el Pacífico, se negó a utilizar sus tropas en los enfrentamientos entre insurgentes y de nuevo volvió a Chile en el otoño de 1817, aunque su salud siguió empeorando. La reacción española no se hizo esperar y San Martín fue derrotado en Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818, con lo que los realistas estuvieron a punto de recuperar Santiago, pero con la victoria de Maipú el 5 de abril de 1818 aseguró la independencia de Chile y volvió a Buenos Aires, donde la situación era de auténtica guerra civil entre el poder central y las provincias, lo cual retrasó sus planes hasta 1820, año en que comenzó la campaña de Perú. Con el apoyo de la flota mandada por el escocés Thomas Alexander Cochrane, los patriotas lograron controlar toda la costa del Pacífico, desde el estrecho de Magallanes hasta el Perú, estrechando el cerco sobre las tropas realistas.
ACUERDOS CON SIMÓN BOLÍVAR. Negoció una paz con el virrey absolutista Joaquín de la Pezuela, y poco después firmó el Pacto de Punchauca con el nuevo virrey , el liberal José de la Serna e Hinojosa, en 1821, acordando la independencia de Perú, el establecimiento de una regencia formada por tres miembros y el envío a España de representantes, para ofrecer el trono a algún príncipe de la familia real española, pero los oficiales realistas se negaron a aceptar ese acuerdo. Reanudada la lucha, San Martín entró en Lima en julio de 1821 y proclamó la independencia del país el 28 del mismo mes. Fue nombrado protector de Perú, convocó un Congreso Constituyente que superara las discrepancias existentes entre los diferentes líderes y partió para Guayaquil a entrevistarse con Simón Bolívar, que se encontraba en Ecuador. En la entrevista de Guayaquil, celebrada el 26 de julio de 1822 entre los dos máximos caudillos de la independencia americana, se trató de la situación general del continente americano, del futuro régimen de Perú y de la situación concreta de Guayaquil, que dudaba entre mantener la independencia, incorporarse a Perú o integrarse en la Gran Colombia, como al final ocurrió. San Martín se mostró partidario del régimen monárquico en Perú, pero al no contar con el apoyo de la burguesía limeña, que se sublevó, optó por convocar al Congreso y renunciar al mando en septiembre de 1822, dejando los asuntos del país en manos de Bolívar.
REGRESO A EUROPA. Tras pasar por Chile y Mendoza en 1823, y después de ir a Buenos Aires, donde volvió sólo con motivo de la muerte de su esposa, marchó a Europa en 1824 con la salud muy quebrantada, permaneciendo algún tiempo en Gran Bretaña y Francia antes de instalarse en Bruselas. En 1827 ofreció sus servicios a las autoridades argentinas con motivo de la guerra con Brasil y en 1829 quiso mediar en las disidencias internas entre los centralistas de la capital y los federalistas de las provincias, a los que siempre se había opuesto; por ello viajó a Buenos Aires, aunque no llegó a desembarcar y regresó a Europa. Su amigo Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del Guadalquivir, le ayudó a instalarse en París en 1830 y desde allí escribió numerosas cartas a los dirigentes argentinos. En 1848, casi ciego, se trasladó a Boulogne-sur-Mer (Francia), donde el 17 de agosto de 1850 murió.